La astrología estudia los fenómenos extraterrestres correlacionándolos con los fenómenos terrestres.
Por lo tanto a través de una observación empírica, la astrología estudia la “influencia de los astros” sobre nosotros y no desde un concepto astronómico. El hombre, desde tiempos remotos, se pregunta el propósito de la vida e intenta establecer un orden o modelo tras el aparente caos. Y a través de la astrología logra identificar un entramado cíclico más allá de lo aparente.
Es un sistema de interpretación de las manifestaciones físicas como consecuencia de una sincronización del espacio – tiempo. Una persona, como cualquier criatura viviente o un evento, nace en un momento y lugar determinados.
La carta natal sería por lo tanto, una foto del cielo para ese momento. De acuerdo a las posiciones planetarias y sus relaciones angulares veremos cómo se relacionan sincrónicamente con las potencialidades del recién nacido, dando un potencial perfil psicológico. Podríamos decir que la carta natal o astral es una especie de “mapa genético de la personalidad”. Por lo tanto el destino se va a ir desplegando de acuerdo a este origen y cuanto más conscientes seamos de nuestras potencialidades, mayor será nuestro libre albedrío.
Nacemos con una especie de mapa a transitar, con todo lo que ello implica, y de acuerdo a la conciencia que tengamos sobre el mismo, ante las mismas propuestas que nos muestre nuestro camino, podremos tomar distintos tipos de decisiones. El nacimiento está representado por una foto estática del cielo para ese momento (carta natal).
Y a medida que va transcurriendo el tiempo, con cálculos específicos que pueden proyectar hacia el futuro las posiciones planetarias y demás, podemos ir viendo las tendencias, oportunidades y restricciones, que se le van a ir planteando al protagonista de la carta astral.
La forma de encarar dichos momentos cíclicos depende mucho del conocimiento que la persona tiene de sí mismo. Por tal motivo la astrología es una herramienta valiosísima para poder descubrir y llevar a la conciencia facetas nuestras que para nuestro consciente pueden estar vedadas.
Es adentrándonos en nuestro inconsciente que podemos llevar todo ese material tan rico a la conciencia. Y de esta manera tener mayor poder de decisión y una visión más amplia de los posibles sucesos de la vida, pudiendo crear así nuevas situaciones, más ricas y por qué no, más placenteras.
Resumiendo, podríamos decir que la personalidad es equivalente al destino. A mayor conocimiento de nosotros mismos, mayor dominio
“Cualquier cosa que nazca o que se haga en este momento del tiempo tiene las cualidades de dicho momento.”
Carl Jung